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El FMI recibió a la comitiva de Economía con un lapidario informe sobre la deuda
Una reducida comitiva de economía viajó en absoluto secretismo a Washington. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, Jose Luis Daza, secretario de Política Económica y el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, acudieron al FMI para apurar el desembolso de fondos frescos que aceleren la salida del cepo.
Si bien se trata de reuniones informales, y las partes descartan el arribo de nuevos desembolsos previo a la asunción de Donald Trump, la burocracia que demanda el organismo podría avanzar en paralelo. El programa vigente que firmó Martin Guzman termina a fin de año. Restan dos revisiones y un desembolso cercano a los USD 1.000 millones de dólares.
El gobierno pretende tener al menos una carta de intención para eludir las revisiones pendientes. Un principio de nuevo acuerdo mata revisiones. Argentina quedó muy lejos de cumplir la metas de reservas. Según la letra de lo acordado con el FMI el gobierno debería haber sumado USD 8.000 millones a lo largo del año. Lo concreto es que las reservas brutas no pararon de caer, y van a terminar 2024 con un rojo de USD 9700 millones según el mecanismo contable que utiliza el organismo.
“Concediendo que Trump va a conceder un nuevo prestámo político cercano a los USD 11.000 millones que pide Argentina, el camino es largo. El FMI tiene que tener todos los papeles en orden para conseguir la firma del board, esto implica intensas negociaciones para las enmiendas del trayecto anterior. A esto se suma la necesidad de la aprobación del Congreso argentino en un año electoral. No lo veo tan simple ni tan fácil”, afirmó a LPO una fuente que conoce de adentro al organismo.
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Pero más allá de la negociación, los plazos y los fondos frescos; la troika económica tuvo un duro revés en su misión al FMI: la mala suerte de coincidir con la presentación de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del Fondo Monetario ante el directorio del organismo.
Se trata de un informe basado en las experiencias de los 38 programas de acceso excepcional completados hasta mediados de 2023, incluidos los de Argentina (2018), Ecuador (2020) y Egipto (2020). El informe de esta oficina critica “la falta de consistencia en la política crediticia, que se modifica aleatoriamente país por país y no como resultado de revisiones periódicas”, dicen en el documento.
La auditoría de la OEI determina que “los préstamos no fueron efectivos para catalizar fuentes privadas de financiamiento para los prestatarios, una de las principales razones por las que un país con problemas financieros busca asistencia del FMI”.
El informe recomienda que el Fondo establezca expectativas más claras para los programas de países donde la deuda cae en la llamada “zona gris”, que se refiere a la deuda considerada sostenible pero no con alta probabilidad. Desde el ente regulador del Fondo adelantaron que tienen previsto publicar el documento completo la semana próxima.
Como sea, fuentes conocedoras del organismo explican que si bien no se trata de un documento vinculante, condiciona fuertemente la toma de decisiones por parte de las autoridades del Fondo.
“Cuando la OEI le dice que la política crediticia se modifica país por país, le está echando tierra a los acuerdos políticos mediante los que la Argentina consiguió los dólares. Les dice: están quemando los manuales económicos por las necesidades de ciertos gobiernos de turno. Esa sentencia a un burocráta del Fondo lo averguenza profundamente, lo vuelve indigno” gráfico la fuente consultada.
Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Read More