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Tras el triunfo de Milei, provincias y empresas vuelven a tomar deuda en dólares

Tras el triunfo de Milei, provincias, empresas grandes, pymes y personas físicas volvieron a endeudarse en dólares mientras el Gobierno se entusiasma con una promesa: que entren USD 5.000 millones al mercado oficial y contribuyan a mantener el dólar estable. 

El piso sobre el que se monta la nueva ofensiva de colocaciones en dólares es elevado. Según el Banco Central, la deuda externa privada llegó a USD 107.311 millones al cierre del segundo trimestre, con un salto de de USD 2.690 millones respecto al período anterior. El salto se explica por un aumento de la deuda financiera de 890 millones y comercial por USD 1798 millones. 

En las últimas 48 horas el mercado vivió un festival de anuncios. Tecpetrol, la energética del grupo Techint, consiguió USD 750 millones para su proyecto Los Toldos II Este en Vaca Muerta, a cinco años, con una tasa del 7,625 %. Techint no logró mejorar su costo financiero respecto al comienzo del año. En enero había emitido por USD 400 millones al 7,5 %, y su CEO, Ricardo Markous, había prometido esperar “condiciones más favorables” antes de volver al mercado. Pero lo cierto es que no las hubo. 

También YPF volvió a endeudarse. Obtuvo una prefinanciación de USD 700 millones con el banco panameño Bladex, que actuó como organizador de un préstamo sindicado para exportaciones. El comunicado oficial evita mencionar la tasa. Y esa omisión, sumada al origen offshore del crédito, alimenta las suspicacias: ¿es financiamiento genuino o una triangulación a medida de la petrolera estatal? En el mercado lo leen como una jugada pragmática: el dinero entra, el balance respira y la opacidad se tolera. 

Tecpetrol, la energética del grupo Techint, consiguió USD 750 millones con una tasa del 7,625 %. No logró mejorar su costo financiero. En enero había emitido por USD 400 millones al 7,5 %, y su CEO, Ricardo Markous, había prometido esperar “condiciones más favorables”. No llegaron.

En paralelo, otro actor inusual se asomó al tablero. El Consejo Federal de Inversiones (CFI), por medio de su Fondo de Garantía, salió a avalar por primera vez una emisión de obligaciones negociables. La beneficiada fue Vitalcan, una pyme bonaerense del rubro alimenticio que buscaba captar USD 3 millones y terminó recibiendo ofertas por USD 4,3 millones, un 43 % más de lo esperado. La tasa: 9,5 % en dólares. 

El movimiento no se limita a las grandes compañías. La ampliación del crédito en dólares empieza a filtrarse en sectores impensados: agencias de turismo ya ofrecen viajes al exterior financiados en cuotas en dólares, una señal de que la dolarización del crédito avanza sobre el consumo. Y eso, para el Ministerio de Economía, es parte del plan. 

Con el campo retraído y menos liquidaciones, el gobierno apuesta a que el ingreso de dólares privados alivie la balanza cambiaria y que los pesos liberados vuelvan al consumo. Un rebote con sabor a deuda. Sin embargo, las tasas muestran que la fiesta tiene costo. 7,6 % para Tecpetrol, 9,5 % para Vitalcan, tasa desconocida para YPF. 

Paradoja del mercado: los bonos de la provincia son los títulos públicos más rentables 

La paradoja es que los bonos provinciales, como los de Córdoba, Neuquén, Buenos Aires o Mendoza, se convirtieron en los papeles más rentables del mercado. 

El sistema se sostiene por un factor externo: el respaldo del Tesoro de Estados Unidos y de Scott Bessent, el gestor que oficia como garante informal del programa financiero argentino. Es un andamiaje delicado. Mientras el dólar siga bajo control, las emisiones lucen virtuosas. Pero basta un temblor en esa red para que todo el equilibrio se convierta en deuda cara y exposición cambiaria.

En el Gobierno leen esta ola de emisiones como un guiño político: señales de confianza, dólares frescos. En el Palacio de Hacienda circula un número: USD 5.000 millones podrían ingresar al mercado de cambios si este ritmo se sostiene hasta fin de año. Pero la fragilidad está a la vista. Cada dólar que entra es también un dólar que se deberá devolver, y en un país donde la moneda local todavía tambalea, eso equivale a patear hacia adelante el riesgo. 

“El sistema, hoy, se sostiene por un factor externo: el respaldo del Tesoro de Estados Unidos y de Scott Bessent, el gestor que oficia como garante informal del programa financiero argentino. Es un andamiaje delicado. Mientras el dólar siga bajo control, las emisiones lucen virtuosas. Pero basta un temblor en esa red para que todo el equilibrio se convierta en deuda cara y exposición cambiaria”, consideró a LPO un ex ministro de Economía. 

Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Read More

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