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Parecidos y diferencias entre el dolar soja de Massa y la baja de retenciones de Milei

El Gobierno decidió eliminar retenciones hasta el 31 de octubre, en una jugada de fuerte perfume electoral y marcada por la urgencia de recomponer reservas. La medida recuerda al “dólar soja” que ideó Sergio Massa durante su paso por el Ministerio de Economía. Sin embargo, entre ambas herramientas hay parecidos de familia y diferencias sustanciales.
El dólar soja funcionó como un tipo de cambio diferencial para que los exportadores de granos liquiden divisas a mayor valor que el oficial, que estaba fijado artificialmente por el gobierno. En septiembre de 2022, cuando Massa estrenó la medida, el dólar oficial rondaba los $150, el paralelo ya jugaba en los $270 y la brecha superaba el 80%. Para tentar a los acopiadores, el equipo económico habilitó un esquema por el cual cada dólar exportado se reconocía a un valor más alto que el oficial, cerca de $200 en su debut. La diferencia, claro, no salía de la nada: la pagaba el Banco Central emitiendo pesos para compensar.
Ese esquema tenía dos efectos. Por un lado, reforzaba las reservas internacionales en el corto plazo y contenía la presión devaluatoria. Por el otro, agravaba los problemas monetarios porque obligaba a imprimir pesos para financiar el subsidio cambiario a los agroexportadores.
Eliminar las retenciones a simple vista, se parece: busca darle liquidez al mercado y calmar el dólar en la previa electoral. Pero la herramienta es más ortodoxa. El Estado directamente renuncia a un ingreso fiscal que ronda los USD 1.500 millones y por ello se evita la emisión.
Los efectos políticos son inmediatos: entusiasmo en el mercado, incentivo para las cerealeras. Pero las dificultades también se acumulan. No se trata solo de la pérdida fiscal: la medida genera un precedente que condiciona al gobierno que viene, y alienta a los grandes exportadores a especular con nuevos incentivos.
En diálogo con LPO, Jorge Carrera ex vicepresidente del Banco Central advirtió: “Me parece que esto es una exageración: bajar a cero las retenciones muestra un alto grado de desesperación. El antecedente que se está sentando ahora es tremendo. El año que viene, cuando los chacareros chicos y medianos liquiden rápido por necesidad, los grandes se van a sentar sobre la soja y van a pedir un nuevo incentivo. Ya lo vivimos con Massa, con Guzmán”.
Carrera explica que cuando los incentivos se vuelven recurrentes, los exportadores aprenden la lección. Guardan granos, esperan la señal del Gobierno y negocian condiciones. En ese juego, el Estado queda rehén de la expectativa que él mismo generó.
El ministro Caputo con las cerealeras en el Ministerio de Economía.
Esta nota fue publicada en el portal LaPolíticaOnline. Read More
